El Callejón: Crónica de un sistema que no tiene salida. LA IZQUIERDA NO PIDE PERMISO
- Mario Ivan Salazar Mendoza
- 2 sept
- 2 Min. de lectura
LA IZQUIERDA NO PIDE PERMISO
Dicen que la política tiene sus símbolos, y en el Senado de la República acaba de asomarse uno que trae historia y pedigrí de lucha: Laura Itzel Castillo tomó protesta como presidenta de la Cámara Alta. Nada menos que la hija del ingeniero Heberto Castillo, aquel gigante de la izquierda que incomodó a priístas y panistas cuando todavía se repartían el país como botín.
El ingeniero Castillo no fue un político más: perseguido, encarcelado, fundador del PMS, constructor del puente entre la izquierda testimonial y la izquierda de poder. Incluso fue candidato presidencial en 1988, pero entendió que la historia exigía grandeza y retiró su nombre para apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas. Ese gesto fue la chispa que encendió la llama del Frente Democrático Nacional, la semilla de lo que hoy conocemos como la Cuarta Transformación.
Treinta y tantos años después, es su hija quien se sienta en la silla de mando del Senado. Una decisión que parece rendir homenaje a la memoria del ingeniero, pero que también manda un mensaje directo: la izquierda verdadera va ocupando los espacios y a corto plazo ya no habrá lugar para pianistas disfrazados de morenistas, esos que siguen soñando con pactos azules o con regresar al redil priísta.
Laura Itzel no llega sola ni de rebote: es arquitecta, luchadora social y política con trayectoria. Su presidencia simboliza que la 4T no solo gobierna, sino que empieza a consolidar a sus cuadros en las instituciones más altas del país. Y ojo, que eso duele a quienes se resisten a aceptar que el viejo sistema ya no está a cargo de la orquesta.
En Hidalgo, más de un prianista reciclado que se coló en Morena debería estar tomando nota. Los que llegaron con su credencial del viejo régimen escondida bajo la chamarra guinda, y que todavía operan con mañas de cacique, pronto descubrirán que el capital político ya no se mide en complicidades, sino en lealtades probadas al movimiento.
Porque esta designación también manda señales rumbo al próximo proceso electoral en la entidad. Si en el Senado se privilegia la memoria de un luchador histórico sobre los intereses de grupo, en Hidalgo no debería sorprender que la balanza se incline hacia quienes representan la verdadera esencia de la 4T, y no hacia los que todavía sueñan con el regreso del reparto de cuotas. El mensaje es claro: la izquierda ya no está para prestarle la silla a los infiltrados.
En el Callejón ya lo saben: con esta designación, el mensaje es claro. La izquierda no pide permiso, toma el poder.







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